¿Por Qué Cambiar?

Si Usted quiere ver cambios dramáticos en sus siembras y cosechas, aquí le ofrecemos cuatro aspectos que le permitirán ENTENDER EL POR QUÉ y le guiarán a recuperar suelos, fertilidad y los rendimientos del pasado:

  • Identificación del problema:
    • Pérdida del Carbono.
  • Manejo del problema:
    • Identificar técnicas para la incorporación del Carbono Atmosférico a los suelos degradados, reciclando restos de cosecha. Suelos que al carecer de carbono, crecen de la fuente de sustento para los microorganismos benéficos y la actividad biológica, el motor requerido para la fertilidad de un suelo.
    • Sin carbono hay bajo aprovechamiento de biofertilizantes, biocontroladores, bioestimulantes e inoculantes que se pueden usar para reducir sustancialmente los costos de producción.
  • Formulación, protocolo y productos para propiciar y beneficiarse de una reactivación biológica:
    • En un solo tratamiento integral.
    • Que actúen sobre cultivos y suelos simultáneamente.
    • Productos para nutrición de suelos y cultivos (biofertilizantes y minerales).
    • Productos para protección y saneamiento de suelos, de cultivos y de semillas (biocontroladores, inóculos y biocidas orgánicos).
    • Productos para promover y proteger la incipiente actividad biológica.
    • Cuatro o más aplicaciones a campo. Aplicaciones que incluyan:
      • En Pre-Siembra:
        • Tratamiento y/o inoculación de semillas.
        • 1era Aplicación: Desinfección de restos de cosecha a usar como fuente de carbono.
        • 2da Aplicación: Descomposición de restos de cosecha y preparación de suelos (con herbicida pre-emergente).
      • En Post-Siembra:
        • 3era Aplicación (con herbicida post-emergente si hay poca o ninguna acidificación.
        • 4ta Aplicación.
  • Inicio del proceso de recuperación de suelos degradados:
    • Donde el primer resultado en la primera cosecha es reducir sustancialmente las necesidades de fertilización y el presupuesto para el manejo de insectos, plagas y enfermedades. Esto debido al aumento en los niveles de carbono, mejor asimilación de urea aplicada a la fijación biológica del nitrógeno (FBN) atmosférico, a la solubilización del fósforo, a la movilización del potasio y en general a una mejor asimilación de una mayor cantidad de nutrientes.

Identificación del Problema

Una violación flagrante e inequívoca del principio de la relación Carbono Nitrógeno que indica que para un plan de fertilización esa relación debe ser igual a diez (C/N=10). O sea, por cada kilogramo de Nitrógeno aplicado (2 kgs de urea) debe haber 10 kilogramos disponibles, o en reserva, de Carbono. Siempre se ha asumido que esas reservas eran ilimitadas. No lo eran. Cada planta es una bomba extractora de nutrientes y los agricultores que no devuelven al suelo lo que toman, acaban siendo mineros. Ninguna mina tiene reservas ilimitadas.

Cuando los niveles de materia orgánica (MO) están por debajo del 1% y/o cuando la fertilización nitrogenada deja de arrojar los resultados esperados, la respuesta ha sido aumentar la cantidad de Nitrógeno. Cuando lo que deberíamos haber hecho es aumentar la cantidad de Carbono. Y esto último se logra reciclando los residuos vegetales, no se puede adquirir en un frasco. En un principio, antes que dañemos el suelo, esto es extremadamente fácil y rápido, por las pequeñas cantidades manejadas. Luego se complica, pero igual hay que hacerlo.

¿Qué Ocurre Cuando Esa Relación (C/N=10) Deja de Cumplirse?

No se asimila el Nitrógeno aplicado. Y dependiendo de su formato se volatiliza, lixivia, y/o acumula. Esto, a través de los años, las sales pueden crear cambios extremos de pH, acidificando o alcalinizando suelos, con todas sus implicaciones en la microbiología del suelo. En fin, esta pérdida de balance altera otras relaciones, que alteran otras relaciones. Se crean bloqueos, deficiencias, excesos, inmovilizaciones, empobrecimientos. El fósforo añadido se suma a depósitos indisponibles. El potasio no se moviliza. Los macros se desbalancean. Los minerales se pierden. Una cadena sin fin, aún no entendida del todo.

Y así, nos encontramos:

  • Sufriendo una biodisponibilidad de metales pesados por la pérdida de balance entre los nutrientes.
  • Sufriendo por una acumulación y tolerancia a los agroquímicos causada por la poca actividad biológica para biodegradarlos, etc.

Millones de dólares se invierten cada día en estudiar y describir los muchos síntomas y los muchos problemas. Problemas aguas abajo en la cadena de ramificaciones. Pero parecemos ciegos a la causa primera. La pérdida de Carbono. Porque ahora el Carbono que debía estar en el suelo se encuentra en la atmósfera.

Nos encontramos así con un suelo que empezó a perder sus funciones. Oficialmente tenemos un suelo con el SÍNDROME DEGRADACIÓN DE SUELOS. Y nótese que estos bloqueos, deficiencias, excesos, inmovilizaciones y empobrecimientos dan lugar a plantas mal nutridas. Plantas mal nutridas tienen bajas defensas. Y como cualquier otra entidad viva, mal nutrida y con bajas defensas, atrae a todos los depredadores de un ecosistema.

¿Solución?
¡Capturar carbono atmosférico y devolverlo al suelo! Es mucho más sencillo de lo que suena. Ciertamente que la solución NO puede seguir siendo una primera línea de ataque a plagas y enfermedades por aferrarse a cultivar plantas mal nutridas, con defensas bajas, y frutos o granos de baja calidad. Para ello se requieren suelos balanceados y fértiles.

Hay Varios Enfoques o Escuelas para la Recuperación de Suelos Degradados:

  • Una escuela es balanceando nutrientes y minerales en forma química. Esta es compleja, larga, y costosa.
  • Otra escuela promueve cambios culturales en aspectos mecánicos.
  • Otras promueven cambios culturales en diversos aspectos biológicos (agricultura orgánica).
  • Y hay una última solución ofertada, el enfoque liderado por TECNOAgua. Esta implica una serie de cambios culturales mecánicos y biológicos para arrancar, balanceando minerales en su segunda fase. Un protocolo que trabaja CULTIVOS Y SUELOS paralela y sinergísticamente, centrándose alrededor de la devolución de materia orgánica –y por ende de Carbono – rápida y eficientemente.

Los cambios enfocados a SUELOS Y CULTIVOS para reducir la necesidad de fertilizantes y mejorar la salud de estos son:

  • Siembra directa después de un programa previo de transición y descompactación de suelos
  • Rotación que incorpore gramíneas y leguminosas, como abono verde y/o como cultivos
  • Planeando cultivos y abonos verdes a fin de incorporar unos 22 Toneladas de materia vegetal seca cada 15 meses con suficiente Carbono para iniciar la recuperación, desbloqueo y saneamiento de nuestros suelos
  • Implementando los tres (3) valores de la Relación Carbono : Nitrógeno (C/N) como guía para las siguientes actividades:
    • Plan de Fertilización C/N=10
    • Programa descomposición Restos Vegetales C/N=30
    • Programa Inmovilización Nitrógeno edafico C/N=70
  • Restaurando y protegiendo la actividad biológica
    • Esto empieza con la devolución al suelo de materia orgánica, el sustento que nutrirá las nuevas poblaciones macro y microbianas, y se consolida con un producto especialmente formulado para promover y proteger estas incipientes actividades
  • Desbloqueando, movilizando, incorporando, estabilizando, balanceando nutrientes y macros.
  • Balanceando los minerales del suelo.
    • Cuando emprendemos esta tarea después de iniciada la incorporación de Carbono y la reactivación biológica, quizá notemos que muchos minerales se balancean en el proceso mismo de desbloqueo y estabilización. Y lo que queda es menos. Pero si existe la necesidad de hacerlo en paralelo, o inmediatamente después, se puede perfectamente hacerlo. Para ello tenemos unas enmiendas excelentes.